DARE DOVIDJENKO

2010

MARE MISTERIUM

Galería Lucía de la Puente, Lima, Perú

La distancia entre este mundo y aquel es infranqueable. En el umbral abierto por Dare Dovidjenko la quietud se expande y se hace próxima –al menos eso creemos– pero por su naturaleza misma es alucinatoria. Del fondo de la noche el pintor llama a las cosas y vienen a él silenciosas, a restituir su memoria. No las llama por su nombre, las añora y al hacerlo las invoca y acuden a su aire, cada una a hablar en su lengua, desde un cruce de historias en el que los siglos desfilan en una fracción de segundo.

En el piélago de su mente, la pintura es un abismo en el que naufragan las imposturas, mientras que los sueños desvelan su rostro nocturno. Las formas emergen de una marea íntima, en la que todo se salva aunque las épocas y los lugares sean diferentes. Cada muro definido por su luz aparece como un misterio que viene lento, sin voz ni vibración alguna, con la presencia que poseen aquellas sombras que interpelaron a Ulises en el umbral abierto por Homero, el aedo ciego.

El riesgo aquí sigue siendo el mismo. Es el que acompaña a toda determinación de emprender el retorno a una isla y cumplirlo a cabalidad, desafiando incesantemente a la inercia que es la ceguera de la psique, y conminando en una epifanía al espacio y al tiempo de los que está hecho un cuadro.

Jorge Villacorta Chávez